SANCOCHO DE PESCADO
Gilberto
Bruzual Báez
En la cocina grastonómica
venezolana, antes económica
de esta tal ávida era atómica
no hay como degustar resteado
un suculento sancocho de pescado,
bueno para revivir hasta un rascado
con la energía disuelta del pecado.
En variadas vasijas de gran
expansión
con recogida agua de reencarnación
la verdura cruda se cocina en acción,
llamada recado de olla en tierra zuliana
o vituallas en costa oriental
cercana,
dándole un tono de
oscuro color
al fruto del mar
con marcado olor,
porque si es de río
tiene otro sabor.
Ají dulce, plátano y un cebollón
le dan gusto
y excelente sazón.
Y en estos tiempos de nuevo son
mientras se escucha un reggaetón,
el casabe y
un buen tequeñón
amortiguan bien el
trago de ron,
de un escocés o un
frío cervezón.
La fiesta prendida, un guapachón,
termina feliz con
ese rico sopón
no quedando la olla ni pa’ un raspón
y cuidado con saciarse como buen glotón,
pues, más de uno ha caído por el corazón,
comido el sancocho
y luego el cazón.